1. Todos los ejercicios promueven la integración del organismo, lo cual se traduce en una profunda sensación de armonía.
2. Se induce vivencias de vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia.
3. La clase no es interpretativa ni analítica.
4. El trabajo posee una teoría coherente y un modelo operacional.
5. Se respeta profundamente los niveles motores y emocionales de cada alumno.
6. Se trabaja con procesos de integración por intermedio del grupo.
7. Se trabaja con la fenomenología “aquí-ahora” y con situaciones sí.
8. La relación interpersonal se da en permanente realimentación. Cada persona debe informar la cantidad de proximidad que es capaz de aceptar. Cada persona es responsable de su límite de contacto. Nadie puede invadir el espacio privado del otro. El encuentro humano se produce en la correcta coherencia de señales que indican apertura o límite.
9. La clase tiene dimensiones sociales y ecológicas. Las vivencias de trascendencia son parte esencial de esta disciplina.
10. La técnica tiene fundamento científico. Se basa en las ciencias biológicas, en la etología, y los extensos estudios antropológicos.
11. La técnica “transforma” progresivamente la coraza caracterológica. Todo ejercicio de shock para “quebrar” la coraza o para disminuir bruscamente la tensión interna, no pertenece a la técnica. Los modelos catárticos están excluidos.
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